LA HISTORIA DEL MIEDO

En realidad las verdaderas víctimas de la violencia y de la delincuencia son las clases más desfavorecidas. La percepción es que son los de arriba los más perjudicados, pero, en realidad, son los de abajo. Los de arriba tienen más poder, incidencia y son dueños del mensaje dominante. Tienen guardias y a la policía y no son los mas perjudicados. El tratamiento por los medios de esta realidad viene dado por el hecho del crimen como mercancía periodística, como la fama o los amores de celebridades, y la oposición al gobierno azuzando a los sectores medios de alarma, precaución o peligro, con el delito. El crimen en muchos países se ha convertido en una pieza más de demanda política. Cuando el crimen se lleva al discurso político, y se agita, los riesgos son muy altos pues aparecen determinados sectores que piden mecanismos autoritarios, aumentar la concentración de poder, aumentar medidas represivas, aumentar la pérdida de garantías y libertade